En América Latina y el Caribe la dificultad para que los jóvenes consigan empleos dignos es un problema que se replica en todos los países de la región.
Al respecto, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa de desocupación juvenil (población entre 15 y 24 años) fue de 19,8% al tercer trimestre del 2019 y es tres veces mayor al de la población de 25 y más años.
Ello significa que uno de cada cinco jóvenes en la región no encuentra trabajo a pesar de buscarlo, siendo otro dato preocupante que los que lo encuentran, trabajan en condiciones precarias, con alta informalidad, salarios bajos, reducida estabilidad y poco entrenamiento en el trabajo.
Esta situación ha producido ola de protestas en varias ciudades de la región, lo que demanda acciones urgentes. El organismo sugiere realizar políticas que incentiven los programas de capacitación, contratos de formación o aprendizaje y programas de subsidio al empleo y regímenes especiales para jóvenes de modo a mitigar la situación crítica del empleo juvenil en la región.