Uno de los mayores desafíos que tiene todo Gobierno es que es que la deuda pública se mantenga dentro de un margen de prudencia. En Paraguay, consecuencia del hecho de que los gastos son en su mayor parte corrientes y que la recaudación impositiva es limitada, es una problemática del Estado conseguir recursos para realizar inversiones y cubrir sus compromisos sin necesidad de recurrir a más deuda.
A enero del 2020, el endeudamiento total por parte del Estado se incrementó 71,6% respecto al cierre del año 2015, ascendiendo a USD.9.376,7 millones, lo que representa 23,5% del PIB, es decir 0,6 p.p. más que lo registrado al cierre del pasado año. Esta deuda significa una carga por habitante 59,8% mayor a la de 5 años atrás, siendo su monto por habitante de USD.1.293.
Si bien Paraguay sigue siendo uno de los países con menor endeudamiento de la región, se requieren medidas para mejorar la calidad del gasto público de modo a no seguir trasladando a generaciones futuras la responsabilidad por las deficiencias actuales.