La calificadora internacional Moody’s mantuvo la calificación de Paraguay en Ba1, modificando su perspectiva crediticia de estable a positiva. El historial de crecimiento sólido del país, una política fiscal prudente así como las reformas estructurales y fiscales respaldan el ajuste. Sin embargo, se hizo hincapié en la importancia de volver a la meta de déficit fiscal.
Moody’s espera que el crecimiento de Paraguay para el corriente año se ubique en 1% y que el país tenga una recuperación de 5% en el 2023, mediante el repunte del sector agrícola. No obstante, advierte que si las perspectivas de crecimiento se encuentran por debajo de lo estimado o las reformas estructurales no avanzan a un ritmo constante, la perspectiva del país podría bajar de nuevo a estable.
Si bien Paraguay logró mantener su calificación de riesgo en un contexto de incertidumbre mundial, los conflictos políticos internos podrían debilitar la imagen país, que según la calificadora tiene una gobernanza relativamente débil, además de riesgos sociales moderadamente negativos debidos al inadecuado acceso a los servicios.
