La propuesta del presidente Donald Trump de incrementar las importaciones de carne vacuna desde Argentina generó preocupación entre productores y analistas por sus posibles efectos sobre el mercado interno. El mandatario argumentó que la medida busca contener los precios récord de la carne en EE. UU., aunque los economistas sostienen que el volumen importado equivalente a cerca del 2% del total anual sería insuficiente para influir en los precios minoristas.
Desde una perspectiva macroeconómica, la medida podría ejercer presión sobre los márgenes de los productores estadounidenses y desalentar la reconstrucción del hato nacional, actualmente en su nivel más bajo en 75 años debido a la sequía prolongada. Esto limitaría la oferta futura y podría agravar la volatilidad del mercado cárnico.
El Departamento de Agricultura (USDA) afirmó que trabaja en políticas para equilibrar precios y apoyar al sector, aunque el anuncio provocó una caída inmediata en los futuros del ganado, reflejando la sensibilidad del mercado ante señales de apertura comercial en un contexto de restricción de oferta doméstica.