La proyección de crecimiento de la economía paraguaya para 2025 fue ajustada al alza desde 5,3% hasta 6,0%, tras un repunte de la actividad superior al previsto. Esta revisión se produjo ante un entorno adverso, con desaceleración global, altas tasas de interés y precios de commodities bajos.
El ajuste se explica por factores internos. El crecimiento se sostuvo por una mejora de la demanda interna, expansión de los sectores secundario y terciario, una economía relativamente más diversificada, así como por repuntes en ciertos rubros agrícolas que disiparon la caída de la producción de soja.
Las perspectivas para el 2026 anticipan un crecimiento por encima del 4%, indicando una desaceleración con respecto al 2025. La continuidad del crecimiento requerirá consolidar la productividad, reducir cargas inflacionarias ancladas e incrementar la inversión.
En un escenario externo aún incierto, el desafío consistirá en preservar y potenciar la dinámica económica. Esto definirá el margen de maniobra ante eventuales shocks externos.


