La experiencia de las islas de consumo responsable en los supermercados del país está revelando una importante inclinación hacia la adquisición de productos orgánicos y sostenibles ya que, luego de hacerlos más visibles, tuvieron un incremento de ventas de hasta casi 40%.
Se observa, además, una mayor conciencia hacia los beneficios que aporta este tipo de productos principalmente en los grupos de población de 20 a 40 años de edad, es decir, sin que necesariamente se presenten condiciones de salud que obliguen a corregir los hábitos alimenticios.
Este 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, en cuya ocasión compartimos los cambios culturales que se están generando alrededor de la producción y el consumo responsable, y se evidencian en los resultados que está arrojando el proyecto ejecutado por la organización WWF Paraguay, la consultora Mentu y cadenas de supermercados nacionales.
Por Marta García, periodista de Mentu – noticias@mentu.com.py
La vida sana se consolidó como el norte que seguimos para varias de nuestras decisiones de consumo, y con el tiempo pasó de basarse únicamente en ejercicios físicos y alimentación baja en grasas a fijarse también en el origen de los distintos productos que adquirimos día a día.
Es en esta tendencia que los productos orgánicos fueron ganando espacios en las góndolas de los supermercados y en las mesas de las familias, ya que ofrecen la certeza de que fueron elaborados bajo normas de cuidado del medio ambiente y mayor atención al valor nutricional de los alimentos.
En busca de un modelo de negocios que potencie aún más la presencia de esta línea de productos en el mercado local, la organización WWF Paraguay y la consultora Mentu vienen desarrollando el proyecto “Islas de Consumo Responsable” en supermercados del país, y sus primeros meses de implementación están revelando alentadoras señales sobre el comportamiento de los consumidores.
Con una exposición más visible a través de estantes que se pueden recorrer de manera circular en determinados espacios de los supermercados, los cerca de veinte productos seleccionados para integrar las Islas de Consumo Responsable han registrado un incremento de ventas de hasta casi 40%, en momentos en que el sector supermercadista en general mantiene un dinamismo que no supera el 6% interanual.
Óscar Rodas, director de Cambio Climático y Políticas de WWF Paraguay, explicó que, en el marco de este modelo de negocios, se estableció un acuerdo con los supermercados donde se instalaron estas islas para acceder a las métricas de las ventas. Informó que, al comparar el desempeño de esta lista de productos, se detectó en diciembre del año pasado un aumento de ventas del 38% respecto al mismo mes del 2022.
José Méndez, socio de Mentu, detalló por su parte que la media de rotación de productos en estas islas fue de 30% en los meses siguientes, que acabaron siendo cuatro cuando inicialmente estaba previsto implementar el modelo solo en diciembre del 2023. Recordó que la iniciativa surgió cuando detectaron que entre los 20.000 productos registrados en el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), solo 2% tenían ecoetiquetas o sellos distintivos: se trata de 192 productos, cuando existen alrededor de 400 tipos diferentes de ecoetiquetas.
“Tenemos el doble de tipos de ecoetiquetas que productos”, advirtió Méndez, y reconoció que el incentivo a ecoetiquetar los productos va a ser mayor si se cuenta con puntos de venta que promuevan su comercialización.
De hecho, el éxito de las islas de consumo responsable fue tal que en el supermercado en el que se implementó -la cadena Superseis del grupo Retail S.A.- decidió incorporar este modelo de negocios en su área de productos saludables. “Van a rediseñar su sección de productos saludables para incorporar, además de productos saludables, productos que sean orgánicos y sostenibles. Esto no es solamente una exhibición física, sino que también es un monitoreo”, detalló Óscar Rodas.
Recordemos que, en comparación, los supermercados en general reportaron un crecimiento de ventas de solo 2,5% en el 2023 y en diciembre tuvieron inclusive una leve caída, de 0,1%, según informó el Banco Central del Paraguay (BCP) a través del Estimador de Cifras de Negocios (ECN). En el primer trimestre de este, año, por su parte, el crecimiento de las ventas en supermercados se mantuvo en 2,7% acumulado y en marzo aumentaron en apenas 0,4% interanual; mientras que el máximo dinamismo en este periodo se observó en febrero, a un ritmo de 6,2%.
Se extiende la experiencia
Casa Rica se sumó recientemente al proyecto de Islas de Consumo Responsable, instalando una de ellas en su sucursal de Los Laureles.
Marcelo Sabanes, gerente de Desarrollo Sostenible de Casa Rica y Areté, destacó que el consumo de productos amigables con el medio ambiente ha venido evolucionando positivamente desde hace unos años, impulsado principalmente por la conciencia que va adquiriendo la gente sobre los beneficios de una vida saludable.
“Cada vez más los clientes van siendo conscientes de esa realidad y de todo lo que le puede aportar el consumo de productos con certificación orgánica. Y creo que va a seguir creciendo, definitivamente, es una tendencia”, expresó Sabanes, en conversación con Mentu.
Relató que las personas de entre 20 y 40 años de edad son las que más conciencia de vida sana tienen hoy en día. “A nivel de consumo, ese podría ser uno de los grupos etarios más presentes, en este momento: son conscientes de que practicando ejercicios físicos y comiendo sano puede contribuir a una salud más prolongada”, agregó el experto.
En cuanto a los precios de los productos orgánicos versus los convencionales, reconoció que hay un diferencial debido a lo que representa una producción orgánica tanto en tiempo como en insumos que se utilizan. Sin embargo, advirtió que esa brecha es cada vez menor, en un fenómeno económico que está ocurriendo alrededor del mundo.
“Al inicio siempre cuesta más porque no hay mucha demanda, los insumos son caros y algunos hay que traerlos del exterior, pero eso también va cambiando y se va acortando la brecha en el diferencial de precios entre un producto convencional versus un producto con certificación orgánica”, aseveró.
Explicó que el tamaño de la brecha depende mucho del producto, si se trata de alguno que viene del campo, de un pequeño o mediano productor, o si lo provee una multinacional ya con criterios de sostenibilidad o circularidad aplicada. Estimó que esta diferencia de precios puede oscilar entre 5% y 25%, según el caso.
Por otro lado, valoró el trabajo que realizan los productores para lograr la certificación de su producción orgánica. “Es la guinda en el pastel para concluir un proceso mucho más largo y complejo, que requiere de un trabajo durante dos a tres años, hasta que lográs tener las condiciones a nivel de suelo, por ejemplo, si sos un productor, para poder elaborar el proceso de descontaminación del suelo que necesitás para aspirar a la certificación”, describió.
Economía circular
Casa Rica viene implementando acciones de sostenibilidad desde el 2021, a través de la presentación de distintos productos de economía circular. El primero de ellos fue compost, el abono obtenido como resultado del reaprovechamiento de restos de frutas, verduras, etc.; “que en vez de convertirse en un residuo y terminar en un vertedero, los transformamos, en alianza con Panambi”, informó Sabanes.
Posteriormente, el desarrollo de las aplicaciones de economía circular se trasladó también a nivel de materiales, específicamente mediante la instalación de bancos en los tres accesos a Casa Rica hechos a partir de madera plástica que sale del reaprovechamiento de bandejas plásticas. “Tenemos también otros bancos que son fruto del reaprovechamiento de vidrio, tienen 100 kilos de arena de vidrio incorporados en el cemento”, añadió el gerente de Desarrollo Sostenible.
Más recientemente, lanzaron la cerveza con doble circularidad, donde se utilizan productos de panadería en la elaboración de la cerveza y luego, el residuo, que en realidad es un insumo que sale de la elaboración de la cerveza, se utiliza para producir harina de bagazo y nuevamente pan. Finalmente, el licor artesanal en dos versiones, limoncello y arancello, se produce reaprovechando cáscaras de limón y naranja que provienen de la confitería.
“Son ejemplos de lo que se puede hacer, es cuestión de que las empresas se planteen, primero que nada, conocer su generación de residuos y, a partir de ahí, empezar a buscar oportunidades de reaprovechamiento y transformación en nuevos productos”, concluyó Sabanes.
¿Qué es la producción orgánica?
El Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE) define a la producción orgánica como “un sistema holístico de gestión agraria y producción de alimentos que combina las mejores prácticas ambientales, un elevado índice de biodiversidad, la preservación y uso sustentable de los recursos naturales, la aplicación de normas exigentes sobre bienestar animal, atinentes a obtener los mejores rendimientos y consecuente rentabilidad en beneficio del sector”.
Agrega que estos procesos están “apoyados en la observancia y aplicación de los derechos fundamentales de las personas, en el marco de un proceso que contempla métodos de producción resilientes, capaces de contribuir a atenuar el impacto del cambio climático”.
Conmemoración mundial
Cada 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente y este año se centra en restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía bajo el lema “Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración”, según informa Naciones Unidas.
La organización advierte que hasta el 40% de las zonas terrestres del planeta están degradadas, lo que afecta directamente a la mitad de la población mundial. “El número y la duración de los períodos de sequía han aumentado un 29% desde el año 2000 y, si no se toman medidas urgentes, las sequías podrían afectar a más de tres cuartas partes de la población mundial en 2050”, alerta.