Al primer trimestre del 2025, la fuerza de trabajo del área rural abarcaba al 70,8% de la población en edad de trabajar, una tasa de participación que supera al 65,9% del área urbana. Además, la tasa de ocupación rural de 67,6% es mayor a la de 65,2% de la urbana.
Al mismo tiempo, la tasa de desempleo urbana (6,2%) es mayor que la (4,5%), mientras que la subutilización de la fuerza de trabajo (desempleo más subocupación) es de 9% en el área urbana y 8,2% en el rural, señalando un mayor trabajo ocioso la primera.
Sin embargo, el ingreso promedio en el área rural de PYG 2,7 millones es menor al del país de PYG 3,1 millones y al urbano de PYG 3,5 millones. En el área urbana el ingreso en el sector primario promedió PYG.4,4 millones, el secundario PYG 3,4 millones y el terciario PYG 3,5 millones. En zonas rurales se ubica en PYG 2,2; 2,5 y 2,5 millones, respectivamente.
La brecha entre zonas urbanas y rurales refleja una desigualdad persistente que debe abordarse con políticas que equilibren oportunidades, ingresos y condiciones laborales en todo el territorio.