La economía china creció 5,2% interanual en el periodo de enero a septiembre del corriente, alcanzando un PIB de 101,5 billones de yuanes, en línea con la meta anual del gobierno. No obstante, el ritmo del tercer trimestre se moderó a 4,8%, reflejando una menor demanda interna y la persistente crisis inmobiliaria.
El dinamismo continuó sustentado en la producción industrial, que avanzó 6,2%, impulsada por la alta tecnología y la fabricación de equipos, mientras el sector servicios creció 5,4%. Las ventas minoristas aumentaron 4,5%, aunque en septiembre se desaceleraron a 3%, su menor nivel en diez meses, mientras que la inversión inmobiliaria cayó 13,9%.
Analistas advierten que la economía depende cada vez más de las exportaciones en un contexto de tensiones comerciales con Estados Unidos. Según Capital Economics, este patrón “no es sostenible sin una recuperación del consumo doméstico”. Pese a los riesgos, la tasa de desempleo urbano se mantuvo en 5,2% y los ingresos familiares crecieron 5,1%. Expertos prevén que China cumplirá su meta anual, aunque para ello debe fortalecer su demanda interna.