Al cierre de septiembre, la tasa general de morosidad del sistema bancario se ubicó en 3,12%, esto es 0,24 puntos porcentuales (p.p.) por encima de lo registrado en el mismo mes del 2021. Esto se da en medio de una coyuntura compleja con elevada inflación que limita la capacidad de pago de los agentes, siendo el tercer mes consecutivo con una tasa por encima del 3%.
Por su parte, el análisis de las tasas de morosidad por segmentos de crédito verifica un comportamiento dispar, donde sectores no tradicionales como vivienda agribusiness y otros tuvieron caídas en su proporción de clientes morosos, mientras que otros como la venta y reparación de vehículos, el comercio al por menor, el consumo, la industria y el sector de servicios apuntaron aumentos de entre 0,53 p.p. y casi 2 p.p. interanual.
Si bien los datos del sistema muestran que la tasa general de morosidad se encuentra en niveles relativamente bajos, esto se debería en parte a la práctica de vender carteras morosas, por lo que la suba interanual de dicha tasa es una señal para evaluar estrategias de las colocaciones.


