El Gobierno de Javier Milei formalizó en los últimos días del pasado año su renuncia a integrar el grupo de países emergentes BRICS, que había anunciado la incorporación de Argentina en agosto del año pasado junto a Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos.
El presidente argentino señaló a Estados Unidos e Israel como los principales aliados estratégicos de su gobierno, manifestando que su impronta en materia de política exterior difiere en muchos aspectos de la del gobierno precedente.
De esta manera y por el momento, Argentina no formaría parte de los BRICS que con su participación hubiese representado 42% de la población mundial, 25% del PIB global y 18% del comercio internacional.
Con esta decisión, el grupo, que pretende posicionarse como el contrapeso a la hegemonía de Estados Unidos y la Unión Europea, podría perder cierta influencia en la región y mundo, aunque mantiene presencia en mercados de importancia y peso en la economía global como el del petróleo.


