Según datos publicados por la Fundación Getulio Vargas (FGV), en enero, la confianza del consumidor brasileño se redujo, alcanzando su nivel más bajo desde mayo del año anterior.
El índice de confianza del consumidor (ICC) cayó 2,4 puntos, situándose en 90,8 puntos, reflejando un deterioro de 2,7 y 2,3 puntos de los indicadores de la percepción sobre la situación actual y las expectativas futuras, respectivamente.
Entre los grupos más afectados se encuentran los de ingresos medios y bajos. Aunque la economía ha mantenido la inflación bajo control y ha demostrado resiliencia en el mercado laboral, factores como las altas tasas de interés y el endeudamiento continúan ejerciendo presión sobre las finanzas y el consumo de los hogares, manteniendo el índice en un nivel pesimista-moderado.
Estos resultados sugieren un panorama desafiante para la mayor economía regional, con obstáculos que afectan la confianza del consumidor y pueden influir en la evolución del gasto y la inversión en el futuro cercano


