Los precios en Estados Unidos subieron en forma interanual con una tasa de 3,2% en febrero, lo que representa un ligero aumento con respecto a la del mes anterior y sugiere que el camino hacia el objetivo del 2% establecido por la Reserva Federal (FED) podría ser más prolongado y desafiante que lo anticipado.
En febrero, la inflación general fue impulsada por los precios de la gasolina, tras dos meses consecutivos de declive. Aunque los precios de la energía son volátiles, este repunte podría indicar que la desinflación causada por la caída de los precios de la energía llegó a su fin.
Por otro lado, los precios de los alimentos se mantuvieron estables en febrero. Sin embargo, este aspecto positivo se vio compensado por un aumento interanual más débil de la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, la cual se situó en 3,8%.
El aumento del IPC subyacente fue impulsado por los precios de alquiler y de la atención médica. Sin embargo, la inflación de servicios sigue siendo un desafío, y constituye un área en la que la FED está concentrando sus esfuerzos.


