El cumplimiento normativo, o compliance, actualmente es considerado como un pilar fundamental para asegurar la integridad, transparencia y sostenibilidad de las organizaciones. Por eso, es importante entender qué es el compliance, su importancia en el desarrollo organizacional y cómo puede fortalecer la cultura empresarial.
Compliance se refiere al cumplimiento de todos los requisitos que una organización tiene obligatoriamente que cumplir (leyes y regulaciones), así como aquellos que una organización elige voluntariamente cumplir (normas éticas y códigos de conducta). Los principios clave incluyen la transparencia en las operaciones, la responsabilidad corporativa, la ética en los negocios y la gestión proactiva de riesgos legales y éticos.
Es crucial que las organizaciones identifiquen las regulaciones pertinentes a su industria y establezcan procedimientos claros para asegurar el cumplimiento continuo. Esto no solo protege a la empresa de sanciones legales y financieras, sino que también fortalece la confianza de los stakeholders y fomenta un entorno de trabajo ético y productivo.
Un programa de compliance efectivo debe ser integral y adaptarse a las necesidades específicas de cada organización. Este plan incluye:
- Políticas y procedimientos: Desarrollo de políticas claras que guíen el comportamiento ético y legal de los colaboradores.
- Capacitación: Formación regular para colaboradores en temas de compliance, incluyendo casos prácticos y situaciones éticas.
- Monitoreo y auditoría: Supervisión continua para identificar y mitigar riesgos de compliance, asegurando que los controles internos funcionen adecuadamente.
- Reporte y respuesta: Canales seguros para que los colaboradores reporten violaciones o preocupaciones de compliance, y respuestas rápidas y efectivas a estas situaciones.
La Norma ISO 37301, en su versión actual 2021, brinda un marco para el cumplimiento normativo. Esta norma nos da un gráfico que muestra los elementos de un sistema de gestión de compliance.
Integrar prácticas de compliance no solo impulsa el cumplimiento normativo, sino que también moldea la cultura organizacional. Promueve valores de integridad, responsabilidad y respeto entre los empleados, creando un ambiente de confianza y colaboración. Las empresas que priorizan el compliance tienden a atraer y retener talento de alta calidad y mantienen relaciones sólidas con clientes, proveedores y la comunidad en general.
El campo del compliance enfrenta constantes desafíos, como la adaptación a nuevas regulaciones internacionales, la gestión de riesgos cibernéticos y la creciente presión para adoptar prácticas sostenibles. Las tendencias emergentes incluyen el uso de tecnologías avanzadas para mejorar el monitoreo y la gestión de riesgos, así como la integración de principios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en las estrategias de compliance.
En conclusión, el compliance no es simplemente una obligación legal, sino una oportunidad para fortalecer la cultura y la reputación de una organización. Al priorizar el cumplimiento normativo, las empresas pueden construir una base sólida para el crecimiento sostenible y la innovación ética.
Invitamos a todas las organizaciones, tanto pymes como grandes grupos empresariales, a reflexionar sobre la importancia del compliance en su estructura y a adoptar medidas proactivas para fortalecer sus programas de cumplimiento normativo. La integración de prácticas éticas y legales no solo protege a la empresa, sino que también contribuye positivamente al desarrollo de una sociedad empresarial más justa y responsable.