En su revisión de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo su proyección de crecimiento mundial para el corriente en 3,2%, dado que se dieron ajustes que se neutralizan como la baja de la previsión para EE. UU. y el alza en la de China. Para el 2025, prevé un crecimiento global de 3,3%.
En cuanto a la inflación, el organismo señala que el descenso de los precios se está produciendo a un ritmo menor. Entre las causas atribuibles a este fenómeno se encuentra la presión sobre el nivel de precios de los servicios, que tienen una inflación superior al promedio, así como sobre los precios de las materias primas. Adicionalmente, ciertos riesgos a corto plazo han ganado notoriedad, como el recrudecimiento de las tensiones comerciales y la incertidumbre en torno a las contiendas electorales en los Estados Unidos.
El FMI recomienda a las autoridades actuar inmediatamente a fin de robustecer las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, con acciones como el aumento de la mano de obra femenina y de inmigrantes, segmentos que contribuyen a la resiliencia económica de las economías avanzadas.