En su informe sobre la pobreza y equidad en Paraguay, el Banco Mundial destaca los avances en la reducción de la pobreza total de 51,4% en 2003 a 24,7% en 2022, y de la pobreza extrema de 12,6% al 5,6%(*).
Sin embargo, el ritmo de reducción se desaceleró desde 2014, tras la finalización del boom de los commodities, debido a una menor creación de empleo y el estancamiento de los ingresos laborales. La pandemia y las sequías recientes han incidido en la desaceleración. Los jóvenes, mujeres y trabajadores informales siguen siendo los más afectados.
El organismo señala barreras estructurales que frenan el progreso en la reducción de la pobreza y la desigualdad, en especial en zonas rurales y grupos más vulnerables. Entre ellas destaca las deficiencias en capital humano, la alta informalidad laboral y la limitada capacidad redistributiva del sistema fiscal.
El BM recomienda mejorar la educación y el acceso a empleos de calidad, aumentar la progresividad fiscal y la resiliencia ante choques climáticos, así como fortalecer las instituciones.