Cuando hablamos de riesgo en las organizaciones, solemos pensar automáticamente en amenazas: lo que puede salir mal, lo que puede hacernos perder dinero, reputación o control. Pero ¿y si cambiamos el enfoque? ¿Y si empezamos a mirar el riesgo como algo más que un peligro que hay que evitar?
Limitar el concepto de riesgo solo a la amenaza es reducir una herramienta estratégica valiosa a una mirada defensiva.
El riesgo tiene, en realidad, tres caras que conviven e interactúan entre sí: la amenaza, la incertidumbre y la oportunidad. Entenderlas y gestionarlas como un todo puede transformar profundamente la forma en que tomamos decisiones.
- La amenaza es el costado más conocido: lo que puede salir mal y afectar nuestros recursos, nuestra reputación o nuestros objetivos.
- La incertidumbre es lo que no sabemos o no podemos prever con certeza. Puede incomodar, pero también impulsa a adaptarnos y a encontrar nuevas formas de hacer las cosas.
- La oportunidad, muchas veces subestimada, puede emerger si hay una gestión anticipada y condiciones organizacionales para actuar con rapidez y enfoque.
Pero atención: no se trata de romantizar el riesgo ni de verlo automáticamente como una puerta al éxito. Un riesgo puede derivar en oportunidad, sí, pero solo si hay capacidad instalada para detectarlo a tiempo, analizarlo y responder con inteligencia.
Por eso, más que pensar al riesgo como algo que debe evitarse, hoy necesitamos enfocarnos en cómo lo gestionamos. Esto implica desarrollar herramientas concretas:
- Tableros de control que alerten desvíos antes de que se vuelvan problemas.
- Mapas de riesgos estratégicos para visibilizar los puntos críticos del negocio.
- Revisiones periódicas y dinámicas de equipo para ajustar decisiones y prepararse ante escenarios cambiantes.
El nivel del riesgo, su probabilidad y su impacto esperado determinan el tipo de respuesta necesaria. Y ahí está el núcleo de todo: no todos los riesgos son iguales, ni se abordan de la misma manera.
Desde Mentu ayudamos a organizaciones a construir esta mirada estratégica y práctica. Si querés conversar sobre cómo hacerlo en tu empresa o equipo, escribinos a info@mentu.com.py
El riesgo no se elige. Pero sí se elige cómo prepararse para gestionarlo.