El presidente Javier Milei ha ajustado su plan de privatizaciones, inicialmente dirigido a 41 empresas públicas, con el objetivo de asegurar la aprobación de la Ley ómnibus en el Congreso. Los cambios son interpretados por analistas como concesiones políticas para ganar respaldo en la Cámara de Diputados.
Así, se ha revertido la privatización de la petrolera YPF y se ha optado por un enfoque mixto para entidades como el Banco Nación, que tendrá una privatización parcial mediante la creación de una sociedad anónima. Esta última decisión respaldada el presidente del banco, Daniel Tillard, permitiría la entrada de capital a la entidad sin una privatización total.
En la lista de empresas públicas a privatizar se mantienen a la Operadora Ferroviaria, Aerolíneas Argentinas, entre otras, mientras que Nucleoeléctrica y Arsat, se convertirían en empresas mixtas.
Aunque se observan modificaciones y concesiones, Milei sostiene que el Gobierno no ha cedido, sino mejorado, siempre considerando el equilibrio fiscal necesario.


