Según datos de la DGEEC, la proporción de la población que vive en pobreza en el año 2019 fue de 23,5%, lo que representó una disminución interanual de 0,7 p.p., mientras que la proporción de la población que vive en pobreza extrema fue de 4%, lo que representó una disminución interanual de 0,8 p.p.
Sin embargo, esas logros podrían ser contrarrestados por los efectos de la Covid-19 en la economía paraguaya, ya que parte importante de la población cubre sus necesidades básicas diarias con ingresos del día a día, son trabajadores en situación de informalidad y están siendo afectados al no poder generar ingresos. A ellos se sumarían los que, si bien no están por debajo de la línea de pobreza, podrían caer en ella si pierden sus empleos.
La población vulnerable necesita de nuevas opciones laborales y formas de trabajar que les permita obtener ingresos en el mediano plazo, pues si no logra cubrir sus necesidades mínimas, podría generarse inestabilidad social con consecuencias negativas para la sociedad.