Con el crecimiento de la cartera bancaria, en mayo la tasa de morosidad del sistema se redujo 0,6 puntos porcentuales comparada con la del mismo mes del pasado año hasta 3,10%. A esta situación habrían contribuido las renegociaciones de parte de los créditos.
Por segmentos, la cartera de préstamos destinados al consumo, que representa aproximadamente 14% del total, es que la que registra mayor morosidad con 5,71%. Esto estaría señalando que, pese la mejora de la actividad económica, las personas aun estarían teniendo ingresos insuficientes para cubrir sus compromisos financieros.
Otras carteras con tasa de morosidad cercana o superior al 5%, son la de la construcción, la de comercio al por menor y la venta, la de mantenimiento y reparación de vehículos y la de servicios personales. En el primer caso la tasa de morosidad pasó de 3% a 5,4% en un año, lo que sería efecto de la menor ejecución de obras y el retraso en la percepción de los pagos. De esta manera, algunos sectores aun estarían en proceso de incorporarse por completo al dinamismo económico.