La eliminación del Impuesto PAIS tras cinco años implementación en la Argentina, busca consolidar la desinflación y reducir costos en bienes importados y servicios internacionales. Este gravamen desaparece tras una reducción previa en septiembre, cuando la alícuota pasó del 17,5% al 7,5%.
La medida podría abaratar productos importados como tecnología y electrodomésticos, aunque economistas advierten que el efecto será limitado y no necesariamente trasladado al consumidor. Además, la industria local enfrentará mayores desafíos frente a bienes extranjeros más competitivos.
En servicios internacionales, como turismo y suscripciones digitales, se espera un impacto directo con costos menores, incentivando el consumo en el exterior. De hecho, la alícuota de 30% aplicada al dólar tarjeta también queda derogada.
Esta eliminación podría incrementar la presión sobre las reservas del Banco Central, así también implica una pérdida recaudatoria de 1,5% del PIB, obligando al Gobierno a buscar nuevos ingresos o reducir gastos.