El gobierno de Joe Biden anunció sanciones sin precedentes contra el sector energético ruso, afectando a empresas como Gazprom Neft y Surgutneftegas, y a 183 buques que transportan petróleo. Estas medidas podrían costar a Rusia hasta USD 10.000 millones al mes, al tiempo que complican sus transacciones internacionales.
Las sanciones tendrían repercusiones globales, afectando a los principales compradores de petróleo ruso: China e India.
Los países importadores de productos chinos podrían ser impactados en forma indirecta por el aumento de los precios de estos. No obstante, Estados Unidos confía en que su producción así como las de Guyana, Canadá, Brasil y posiblemente Medio Oriente puedan compensar el suministro ruso.
Estas medidas buscan aumentar la presión sobre Rusia para negociar la paz con Ucrania. Entre sus efectos se encuentran un debilitamiento del rublo, mientras que el crudo Brent subió más de 3% antes del anuncio, rozando los USD 80 por barril.