La CEPAL y el PNUD presentaron el Índice de Pobreza Multidimensional para América Latina (IPM-AL), que amplía la medición del bienestar más allá del ingreso considerando las particularidades de la región, pretendiendo de esta manera contribuir a orientar las políticas hacia una mayor sostenibilidad e inclusión.
El índice capta las privaciones en las dimensiones vivienda, salud, educación y empleo, reflejando una visión más completa de la pobreza, que puede contribuir a orientar las políticas públicas hacia una mayor sostenibilidad e inclusión.
La pobreza multidimensional abarcaba al 25,4% de la población latinoamericana en el 2023, más de 20 puntos porcentuales por debajo del 45,8% del 2008. Esta reducción ha sido impulsada por mejoras en el acceso a internet, educación de adultos y saneamiento.
Las principales causas de la pobreza en la región están vinculadas al mercado laboral, la conectividad y las condiciones de vivienda. Además, persisten fuertes desigualdades según edad, etnia, género y lugar de residencia.