La reciente pausa de 90 días anunciada por el presidente Donald Trump en los aranceles recíprocos de algunos países no logró apaciguar la incertidumbre económica ni disminuir la presión arancelaria global.
Aunque algunos gravámenes se redujeron al 10%, los aranceles del 25% sobre importaciones clave, como automóviles, acero y aluminio, siguen vigentes, mientras que la tasa aplicada a China aumentó a 125%.
Investigadores de Yale señalaron que con los aranceles recíprocos la tasa arancelaria efectiva promedio sería de 27% en el corriente año, la más alta desde 1903. No obstante considerando la pausa anunciada e incluso tras la sustitución de consumo, el promedio bajaría solo hasta 18,5%, el nivel más alto desde 1934.
Funcionarios de la Reserva Federal advirtieron que los aranceles continúan elevando los riesgos de inflación y desaceleración. Mientras tanto, los mercados muestran signos de tensión, y la emisión de bonos corporativos se debilita. La Fed monitorea de cerca la liquidez, pero por ahora evita intervenir, a la espera de mayor claridad.