El acceso al transporte público eficiente está contribuye a mejorar la calidad de vida y amplia las oportunidades laborales en América Latina y el Caribe. Sistemas como el metro de São Paulo, utilizado por 750.000 personas al día, permiten llegar a tiempo a los empleos, reduciendo las deseconomías.
Iniciativas similares en Lima, Buenos Aires y Quito han reducido los tiempos de viaje conectando comunidades con polos económicos. En 2023 el Banco Central de Reserva de Perú estimó que las demoras en el tráfico costaban a cada persona USD 1.026 al año en Lima. El sistema de buses de transito rápido (BRT) en dicha ciudad permitió que más de 198.000 empleos sean accesibles en un trayecto de 60 minutos en la zona de la extensión norte.
El impulso del uso de las tecnologías limpias en el transporte, como los buses eléctricos, fortalecen las acciones climáticas y, según el Banco Mundial, no solo acortan distancias: conectan a millones de personas con empleos, salud, educación y seguridad, demostrando que la movilidad es un motor esencial de inclusión y desarrollo.