El 62,5% de la población ocupada no agropecuaria estaba en situación de informalidad laboral en el año 2024, tasa 0,4 puntos porcentuales mayor a la del 2023. Esta condición abarca a aquellas personas que estando empleadas no aportaban a sistema de jubilación alguno, a los trabajadores familiares no remunerados y a los independientes no inscriptos en el Registro Único de Contribuyentes.
De esta manera, 1.522.612 personas, 49.908 más que en el año previo, se encontraban en el mercado laboral en condiciones poco favorables: con alta probabilidad de tener un flujo de ingresos volátil y sin previsión para una vida digna en su vejez.
La situación de informalidad afecta a una mayor proporción de quienes residen en el área rural: 74,7%. Así también, las mujeres y los jóvenes tienen una tasa de informalidad mayor a la del país: 64,8% para las primeras, 91,1% para los jóvenes de 15 a 19 años y 71,2% para los de 20 a 24 años. Estos datos muestran la necesidad de generar más empleos decentes y de aumentar las capacidades de las personas para acceder a ellos y mejorar su bienestar.