A los efectos globales provocados por el COVID-19, la caída en las bolsas y la baja en precio de las materias primas, se suma el derrumbe de la cotización del crudo de petróleo, de 25% en el WTI y 24% en el BRENT, tras el inicio de una guerra de precios desatada por Arabia Saudita. Esto se produjo como consecuencia del rechazo de la propuesta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) por parte de Rusia, el cual se basaba en un recorte adicional de 1,5 millones de barriles diarios para tratar de mantener los precios en una situación de fuerte retracción de la demanda a causa del coronavirus.
El desplome de los precios del crudo afectaría a los principales países productores de petróleo, los países del Golfo podrían ser los más afectados, debido a que su producción representa una quinta parte del abastecimiento mundial de crudo y los ingresos públicos dependen del petróleo entre el 70% y 90%.
Esta situación afectaría a los consumidores de forma positiva a través de la disminución en los precios de los combustibles, lo que impactaría también en el precio de los pasajes del transporte público y en los productos que sus costos dependen directamente del petróleo.
Considerando el mercado paraguayo, los precios no disminuirían tan rápidamente como en el mercado internacional, debido a que los importadores planifican sus compras en un horizonte de 60 a 90 días, por lo que, si los números siguen bajos en un periodo de 2 a 3 meses, la menor cotización internacional afectaría al precio nacional.
Fuente: Elaboración MENTU con datos de Investing