El sector financiero de las economías emergentes y en desarrollo (EMDEs) muestra resiliencia, aunque enfrenta importantes desafíos, especialmente en países de ingresos bajos. Un análisis reciente de 50 EMDEs realizado por el Banco Mundial, que representan el 93% de los activos bancarios de estas economías, indica que el 70% enfrenta riesgos bajos o moderados en los próximos 12 meses, mientras que regiones como África Subsahariana, Asia del Sur y Oriente Medio presentan riesgos elevados.
Las vulnerabilidad doméstica, agravada por presiones económicas globales y conflictos geopolíticos, afectan la estabilidad financiera, particularmente en países con débiles marcos regulatorios y alta exposición a la deuda pública, lo que incrementa los riesgos sistémicos.
En cuanto al financiamiento climático, las EMDEs solo reciben 14% del financiamiento climático global, a pesar de enfrentar elevados riesgos climáticos. El organismo señala que es crucial fortalecer marcos regulatorios, mejorar la gestión de riesgos y adoptar estrategias de financiamiento sostenible para garantizar la estabilidad financiera y el crecimiento a largo plazo.